Todo en Marraketch gira alrededor a la plaza de Jemaa el-Fna (en francés), donde antiguamente se ajusticiaba a los que delinquían, de ahí su nombre "asamblea de la aniquilación".
Por el día la actividad es frenética y el tráfico multidireccional.
Se desarrollan multitud de actividades: desde la venta de agua, hasta la danza y el encantamiento de serpientes...
...escritores de cartas, pintoras de henna...incluso celebraciones religiosas
Al oscurecer la plaza va tomando otra forma y los bailarines dejan paso a los cuenta cuentos y a los innumerables puestos de comida humeantes.
Muy conocidos son los puestos de caracoles y los de zumo de naranja.
Adentrándote un poquito mas se encuentran los de carne, pescado y verdura. En ellos los camareros se echan encima del turista para que sea en su puesto en el que coman y no en el del vecino.
Ese será el éxito del puesto 31 que está en una de las esquinas del plaza...
En este, como en todos los demás se puede degustar el riquísimo pan marroquí, mojar en salsa de tomate y probar alguna de sus especialidades: kefta, cuscus, pinchos de cordero, verdura...
Nosotros no pudimos resistir la tentación.
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